He escuchado muchas frases sobre la edad y el envejecimiento, pero la más divertida es la del director de cine español, Luis Buñuel: “La edad es algo que no importa, a menos que sea usted un queso”. Así de claro. En esta ocasión hablaremos de la edad en el deporte.
Y cuando hablamos de actividad física podemos establecer un principio importante: a cualquier edad se puede empezar a hacer ejercicio. Sin embargo no es lo mismo empezar siendo un niño, un joven o un adulto.
No hay impedimentos para comenzar, pero es verdad que no se puede empezar con la misma intensidad en cualquier momento. No obstante, después de un proceso de adaptación las diferencias debidas a la edad se disuelven hasta casi desaparecer.
Variables a cuidar conforme a la edad en el deporte
- Frecuencia. Según la disponibilidad que le brinden sus actividades, si nunca antes se ha ejercitado, comience poco a poco. Dos veces por semana es una buena medida.
No deje el ejercicio para los fines de semana; ello puede ser recreativo, pero no le reportará verdaderos beneficios a su estado físico. Después de tres semanas a ese ritmo, aumente un día más. A partir de tres días, el límite es el que usted elija; considere que hay personas que se activan a diario, sin tener más que buenas consecuencias.
Eso sí, cuide muchísimo el modo en el que inicia y termina cada entrenamiento: haga lo que haga, estire al comenzar y al finalizar.
- Duración. También es importante definir el tiempo que dedica cada día a su actividad física. Aunque esto tiene que ver con la disciplina que elija, le recomendamos arrancar con treinta minutos de actividad, además del calentamiento y el enfriamiento.
Si escoge caminar, o trotar, por ejemplo, pronto podrá aumentar el ritmo. Hacerlo durante una hora, dos o tres veces a la semana, y por dos horas un día más, le hará sentir de maravilla.
Esta dosis puede ser un objetivo asequible en un plazo de tres meses. Si opta por una actividad más exigente o explosiva, como el “crossfit”, el “funcional”, o una práctica de box, reduzca los tiempos a la mitad.
- Intensidad. La intensidad puede deberse a la duración, pero no nada más. Pensemos, por ejemplo, en la velocidad. Si lo que eligió fue correr, comience con un trote ligero y acelere poco a poco.
Esto aplica para cada una de sus actividades pero también para su calendario. Si es nuevo en el ejercicio, puede comenzar incluso con una simple caminata. Ya verá cómo mejora su estado físico y en unas pocas semanas querrá trotar.
Recomendaciones para una mejor experiencia deportiva
- Suplementación. Si es usted un adulto, considere reforzar su dieta con suplementos alimenticios: proteínas, aminoácidos, omegas, vitaminas, minerales, elementos químicos; lo que su proveedor de salud le recomiende. Cuide de manera especial sus articulaciones.
- Asesoría. Si decide adentrarse en el mundo del deporte le vendrán bien los consejos de los expertos. Considere un entrenador y un nutriólogo.
- Fisioterapia. Darle mantenimiento al cuerpo con descargas musculares regulares es un consejo que le ayudará a mantener a raya las lesiones.
- Descanso. Aunque nuestras sugerencias han sido en el sentido opuesto, el de alentar la actividad diaria, también debe usted tomar en cuenta que para obtener mejores resultados y progresar de manera consistente es importante reposar.
Existe un concepto llamado “recuperación activa”: descanse haciendo una actividad física más suave, distinta a la que acostumbra, un día a la semana. La natación puede ser una excelente alternativa.
- Equipo. No se exponga a las lesiones. Utilice herramientas y equipo adecuadas para su actividad y su persona. Adquiéralas en Deprotes Normax. ¡Con gusto le brindaremos la asesoría que requiere!
